Mi búsqueda de métodos rápidos para aliviar el dolor emocional, comienza en el principio de mi profesión. Sin embargo los conceptos sobre la psicoterapia para mi, han ido cambiando durante estos años, aunque puedo ver un hilo conductor que me permite reconocer que no hay contradicciones en mi objetivo, sino que se fueron abriendo muchas ventanas(métodos, teorías, dimensiones) a lo largo de estas décadas.

Estas aperturas fueron dando más luz y me permitieron ver y comprender cuál es el camino. Reconozco que la línea que aparece es infinita y nunca podré decir que he llegado al final. Las formas de abordar el proceso de transformación personal, se transforman a medida que surgen en mi, nuevos paradigmas sobre el conocimiento y nuevas creencias sobre el sentido de la vida y de la muerte.

También reconozco que la vida misma hace de mí un instrumento diferente y que cada lágrima que derramo, así como cada dolor que transito moldea mi corazón de psicoterapeuta y mi mirada hacia la vida de las personas como hacia mi propia vida.

Psicoterapia es un proceso que realizo con una atenta escucha de lo que dice la persona con sus palabras y su cuerpo y de los sentimientos que eso genera en mí.

Proceso en mi corazón todos lo que me transmite la persona y la guío hacia su propia escucha.

Mi objetivo es ser eco y espejo donde la otra persona pueda escucharse y mirarse con aceptación, reemplazando la auto-condena por la comprensión. Sólo con esta actitud la persona puede asumir su decisión de cambio.

Mi compromiso es poner en palabras esa decisión y ayudarla a organizar los pasos de su transformación.

En esta danza con el paciente, es él quien marca la forma, los pasos y dirige el ritmo y el objetivo. Dejo en manos del paciente sus éxitos o sus repeticiones para propiciar la autonomía del paciente y para que así el proceso terapéutico sea un aprendizaje para aplicar en su presente y en su futuro.

Los instrumentos técnicos que tengo a mi disposición (Psicodrama – Análisis Bioenergético – Meditación – EMDR – Biorresonancia) los utilizo según las necesidades del pacientes y según lo que él me va sugiriendo en su discurso verbal y corporal.

Continúo la búsqueda abierta a nuevas posibilidades, teniendo en claro que mi objetivo es mi liberación y la de mis compañeros/as de camino (pacientes, amigos/as) y todas las personas que están en la búsqueda de mejorar su relación consigo mismas y con su entorno familiar, social, laboral, y con la naturaleza.

  Mi búsqueda de métodos rápidos para aliviar el dolor emocional, comienza en el principio de mi profesión. Sin embargo los conceptos sobre la psicoterapia para mi, han ido cambiando durante estos años, aunque puedo ver un hilo conductor que me permite reconocer que no hay contradicciones en mi objetivo, sino que se fueron abriendo muchas ventanas(métodos, teorías, dimensiones) a lo largo de estas décadas.

Estas aperturas fueron dando más luz y me permitieron ver y comprender cuál es el camino. Reconozco que la línea que aparece es infinita y nunca podré decir que he llegado al final. Las formas de abordar el proceso de transformación personal, se transforman a medida que surgen en mi, nuevos paradigmas sobre el conocimiento y nuevas creencias sobre el sentido de la vida y de la muerte.

También reconozco que la vida misma hace de mí un instrumento diferente y que cada lágrima que derramo, así como cada dolor que transito moldea mi corazón de psicoterapeuta y mi mirada hacia la vida de las personas como hacia mi propia vida.

Psicoterapia es un proceso que realizo con una atenta escucha de lo que dice la persona con sus palabras y su cuerpo y de los sentimientos que eso genera en mí.

Proceso en mi corazón todos lo que me transmite la persona y la guío hacia su propia escucha.

Mi objetivo es ser eco y espejo donde la otra persona pueda escucharse y mirarse con aceptación, reemplazando la auto-condena por la comprensión. Sólo con esta actitud la persona puede asumir su decisión de cambio.

Mi compromiso es poner en palabras esa decisión y ayudarla a organizar los pasos de su transformación.

En esta danza con el paciente, es él quien marca la forma, los pasos y dirige el ritmo y el objetivo. Dejo en manos del paciente sus éxitos o sus repeticiones para propiciar la autonomía del paciente y para que así el proceso terapéutico sea un aprendizaje para aplicar en su presente y en su futuro.

Los instrumentos técnicos que tengo a mi disposición (Psicodrama – Análisis Bioenergético – Meditación – EMDR – Biorresonancia) los utilizo según las necesidades del pacientes y según lo que él me va sugiriendo en su discurso verbal y corporal.

Continúo la búsqueda abierta a nuevas posibilidades, teniendo en claro que mi objetivo es mi liberación y la de mis compañeros/as de camino (pacientes, amigos/as) y todas las personas que están en la búsqueda de mejorar su relación consigo mismas y con su entorno familiar, social, laboral, y con la naturaleza.